Terminando el día con 17 añazos.. y cada vez más cerca de los 18!
A medida que cumples años te das cuenta de como pasa el tiempo..
2.Cereales y leguminosas: Es recomendable consumirlos en cantidad suficiente. Los cereales constituyen la base para la fabricación de productos: del trigo se hace el pan, pastas y galletas, del maíz se hacen las tortillas. Es importante consumir integrales las leguminosas y los cereales como la avena, el trigo, la cebada, el maíz y el arroz, pues además de tener vitaminas y minerales son fuente importante de fibra.
3.Productos animales: Se recomienda consumirlos con constancia pero con moderación y hacerlo en poca cantidad en cada comida. Esto es debido a que contienen el peor tipo de grasa para la salud, las grasas saturadas, aunque son de alta concentración energética y proporcionan proteínas de excelente calidad. Hay que evitar aquellas carnes que se vean demasiado grasientas y los embutidos, ya que además de grasa, contienen abundante sal y resultan perjudiciales para la salud. Otro grupo de alimentos importantes de origen animal son los productos lácteos. Son imprescindibles para niños pequeños. Pero debe de tenerse en cuenta que contienen abundantes grasas saturadas sobre todo las mantequillas y cremas. Debemos procurar tomar estos productos desnatados.
4.Grasas y los azúcares: Se recomienda consumir lo menos posible. Las grasas son importantes en la alimentación porque además de aportar energía, permiten la absorción de las vitaminas solubles en grasa como la A, D, E y K. Sin embargo es importante anotar que una solo cucharada de aceite contiene 120 calorías y esta alta concentración es la que limita su uso para evitar un desbalance en cualquier alimentación.
No hay que olvidar la gran importancia del agua, que actúa como regulador del organismo ayudándolo a eliminar el líquido innecesario y ayudando a una mejor digestión de los alimentos. Se recomienda tomar al menos 2 litros diarios. Si te parece demasiado, puedes distribuirlos en vasos pequeños y tomarlos a lo largo del día.
No es necesario ''matarse'' 4 horas diarias dentro de un gimnasio ni torturarse haciendo 500 abdominales. Simplemente se trata de dejar a un lado el sofá y la vida sedentaria. Caminar, correr de vez en cuando, subir y bajar escaleras, usar menos autobuses y vehículos y aprovechar cualquier momento para caminar un rato. A partir de los 20 minutos nuestro cuerpo empezará a quemar calorías, asi que.. ¡ánimo!